Solo el amor construye | Manuel Sánchez Dalama

A sus noventa y siete años, desde la soledad definitiva de su habitación en un humilde asilo de ancianos de Miami, una famosa recitadora de otros tiempos nos confía con el corazón abierto todo lo aprendido en su largo e intenso peregrinaje por esta vida.

En Carmina Benguría, en su voz cautivadora y decidida, encontramos una gloria premiada de la época en que los teatros rebosaban de gente dispuesta a vibrar con la fuerza de la buena poesía. Pero, tras indagar en ella, descubrimos en Carmina algo más que la joven que, a mediados del siglo XX, enamoró a toda Latinoamérica interpretando, dando nueva vida a los grandes poetas de todos los tiempos; descubrimos que hay algo más dentro de esta persona condecorada por los gobiernos de Cuba, España, Perú y Ecuador con sus más altas distinciones culturales; hay en ella algo más que la mujer exiliada durante cinco décadas, fiel a sus convicciones humanistas. Sencillamente, descubrimos en Carmina un ser cautivador.