Cuando mi sombra me alcance | Carlos Salem

Cuando terminé de escribir Pero sigo siendo el rey, supe que realmente era un novelista. Todas mis novelas me encantan, pero vuelvo a ellas cuando quiero recordar cómo contar las cosas más duras y hacer que suene a broma, y ​​en medio de la sonrisa brota una lágrima. Esto me marcó tanto que, aunque en estos años he esbozado media docena de novelas para seguir hablando del Detective Arregui, mi Marlowe de San Sebastián, no he terminado ninguna. No lo dejé caer en el camino porque él no me hubiera dejado. Y si yo fuera tú, no irritaría a Txema. Por eso tuvo papeles en No Beer In Heaven, o en Krakow Without You, así como en varias historias. No podía dejarlo atrás Pero sigo siendo el rey. Hace unos meses, cuando mi editor me propuso volver a publicarlo, lo releí detenidamente. Y lo leí de nuevo. Y me di cuenta de que, aunque desde el punto de vista formal la novela estaba acabada, desde mi subjetividad bipolar de lector/autor faltaba algo. Había dejado a Arregui bajo el sol del mediodía, lo que significa descubrir que ya no puedes ser lo que eras, pero puedes fingir que eres. No sabía lo que haría tu sombra. Me perdí lo que escribí. Lo que pasó seis años después. Y no podía ser una secuela o una secuela. De ahí esta reescritura. Porque la sombra de Arregui, aunque tardó un poco, por fin me alcanzó. Carlos Salem. Madrid, 2016